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En pleno viacrucis: hurtan capilla del pueblo y dos mujeres se pelean.

«En el viacrucis del pueblo hurtan la capilla mientras dos mujeres se pelean en medio recorrido del santo evento».

IXTLAHUACÁN DE LOS MEMBRILLOS, JALISCO: los hechos ocurrieron esta mañana aproximadamente a las 10:00 am sobre la calle principal Jesús Redentor, en donde como es tradición se lleva a cabo el viacrucis con los feligreses.

En medio de los azotes que el verdugo romano le propinaba a quien interpretaba a Cristo, un par de gritos se comenzaron a escuchar.

Entre la sagrada representación de la pasión de Cristo, dos mujeres comenzaron a agredirse de forma verbal cuando uno de los frailes que se encontraba en el lugar quizo tranquilizar las cosas.

Sin embargo, fuera de las manos del franciscano, las mujeres iniciaron un intercambio de bofetadas y con ello, el estirón de cabellos y hasta los golpes a puño cerrado.

Tal espectáculo llamó más la atención de los feligreses que la representación de lo que fuera las últimas horas del Salvador.

Alrededor de ellas se encontraba la multitud, muy a lo lejos del lugar en donde caminaba Pedro Martínez, quien representó a Jesucristo, por lo que ni cuenta se dieron del incidente.

Sino porque varios de los asistentes comenzaron a verificar en la parte final del viacrucis y notaron a la «bolita» de gente alrededor de la lucha libre de mujeres.

Fue el padre Benito Pedregoza quien a baños de agua bendita comenzó a exhortarlas y a pedir de favor que detuvieran su pelea en tan bendito evento.

Más tranquilas y empapadas en agua bendita, comentaron al padre que la discusión comenzó a raíz del comentario sobre quién de las dos mujeres había aportado más dinero al evento y a la quermes que se celebraba después del viacrucis.

No importando lo que ellas dijeran, el padre Benito les hizo la llamada de atención fuertemente y les pidió que se retiraran del lugar para dejar que los asistentes pudieran dar paso a ver el término del viacrucis.

Después de que terminaran las mujeres de pelear y posteriormente se retiraran, uno de los monaguillos se acercó al padre Benito para informar que la capilla había sido abierta antes de lo planeado. 

Por lo que al padre se le hizo extraño, justo cuando iba a realizar una llamada al vigilante del lugar, llegó otra persona junto con el mismo guardia, mencionando que la capilla de Nuestra Señora del Refugio, había sido hurtada.

Alguien había encerrado al guardia en los baños que se encuentran al exterior de la capilla, mientras arrasó con todo el motín de limosnas que se habían dado en misa una hora antes de dar por comenzado el viacrucis.

No estando conforme con ello, además robaron dos estatuillas, una de la Virgen Del Refugio, santa patrona de la capilla, y otro del Sagrado Corazón de Jesús. Cada una de tamaño colosal y con peso aproximado de entre los 30-35 Kg por pieza.

Tal incidente detuvo el viacrucis y el mismo padre convocó a todos los asistentes acudieran de forma inmediata a la iglesia.

La devoción y amor a la religión fue la que movió a las mismas personas a acudir a lo que el padre Benito llamó «otra misa de emergencia». Invitando a los ladrones a que hicieran acto de honestidad, regresando no solo las limosnas del día sino las estatuillas de los santos ya antes mencionados.

Al no haber respuesta se hizo el llamado a las autoridades quienes entrevistaron a todos y cada uno de los asistentes incluyendo a los actores. Pero sin tener respuesta alguna.

El padre había mencionado una pelea de mujeres, sin embargo, el padre jamás las había visto.

Mencionó que las invitó a tranquilizarse y las bañó con agua bendita para calmarlas, y fue una estrategia que funcionó ya que las mujeres detuvieron por voluntad propia la pelea entre ellas.

Sin embargo, también menciona el padre que jamás las había visto y creía que formaban parte de los invitados de la capilla, dato que negaron los mismos miembros de la iglesia.

Por lo que las mismas autoridades dedujeron que las mujeres fueron sólo un medio de distracción para retrasar a los miembros en la iglesia para que los ladrones pudieran hurtar sin peligro alguno.

El guardia de 75 años, Don Carmelo, había sido encerrado mientras hacía de sus necesidades. Por lo que a los gritos de auxilio acudió uno de los monaguillos y lo liberó, minutos después ambos se dieron cuenta del robo y acudieron al padre dando el resto de la historia como ya antes se menciona.

Elementos de la policía municipal y de la Fiscalía General de Justicia de Jalisco hicieron la investigación posterior a las entrevistas con algunos de los testigos presenciales de la pelea de mujeres, mencionando nadie haberlas visto ni ser del lugar.

Por lo que se confirmó, eran ladrones que no formaban parte de la población del municipio y que probablemente se aprovecharon del evento religioso para hacer una especie de teatro, usándolo como distractor y así dar la oportunidad de robar en la capilla.

Hasta el momento, ninguna autoridad puede confirmar la identidad de los ladrones así como se desconoce el paradero de los mismos.

El corazón de los feligreses se ha llenado de indignación y tristeza ya que la virgen que fue hurtada era la viva representación y patrona de la iglesia.

Pero la fe y la devoción, el amor y la fidelidad a movido el corazón de los miembros organizándose entre ellos mismos para poder nuevamente conseguir las estatuillas así como lo hurtado en la capilla.