Casi me arrebatan a mi hija de los brazos.

Casi me arrebatan a mi hija de los brazos.

Buenas noches AccesoZac, es terrible ver cómo está la situación de inseguridad en nuestro hermoso Zacatecas.

A través de sus medios de comunicación quiero contar ésta historia, que el simple hecho de escribirla tras éstas líneas me rompe en llanto nuevamente y me llena de terror.

El día de ayer caminábamos mi hija de 14 años y yo tranquilamente rumbo a nuestra casa, que es su casa, allí por la calle que sube de Aurrera de El Salero y va para rumbo el campo de los moros, en donde queda su humilde casa.

Masomenos a la altura de unas casas de Infonavit, nos llegó a espaldas un auto color negro tipo Tsuru viejo, con vidrios oscuros y se bajan dos tipos queriendo jalonear a mi niña. En el momento soltamos nuestras bolsas de mandado y me aferré a mi hija. Comencé a gritar y aunque recibí golpes para que soltara a mi hija no lo hice.

Me aferré a ella y la abracé con todas mis fuerzas.

Quiero creer que mis gritos le llegaron a la gente que estaba alrededor porque entre tres y cuatro muchachos se acercaron y en cuanto se acercaron los malandros se alejaron y abordaron su vehículo para después huir.

Me dejaron golpes en cabeza y espalda porque sin ser exagerada nos tumbamos al suelo mi hija y yo, recibí patadas y puñetazos en varias partes del cuerpo.p

Lo importante era proteger a mi hija y bendito sea mi Padre Dios no me la arrebataron.

Quiero agradecer a estos muchachos quienes se metieron para ayudarme y después del suceso me levantaron del suelo, uno de ellos me dio una botellita de agua para que pasara el susto y otro más me ofreció llamar a la policía.

Sinceramente he leído tanto que los mismos policías están entrometidos con los mismos delincuentes que le dije al muchacho que muchas gracias pero mejor quería ir a casa.

Amablemente se ofreció a llevarme en su vehículo, pero seguimos en las mismas, no se puede confiar en nadie aunque se vea buena persona, así que tomamos un taxi y nos fuimos a la casa. No estoy diciendo que el muchacho era malo, simplemente se le agradece pero con el miedo que tenía ya no confiaba en nadie.

Decidí atender mis golpes y una herida que me dejaron en la cabeza, con una vecina que es paramédico y quién me comentó que hiciera mi reporte por este medio contando mi mala experiencia.

Yo no quiero imaginarme la vida sin mi única hija, mucho menos me imagino que se la hayan llevado y le hayan hecho algo.

Quiero unirme en el dolor de las madres que han perdido a un hijo por actos de delincuencia y decirles que Dios bendiga sus casa y les dé pronto consuelo. No podemos seguir así.

No podemos seguir viviendo con temor a que se carguen a nuestros hijos en nuestras propias narices. Ésto me pasó a mí y seguramente a más madres.

Y aunque estoy agradecida con Dios por el hecho de que no nos pasó nada, pido también que se acabe ésta situación.

Con lágrimas en los ojos estoy escribiendo éstas líneas porque me hace nuevamente recordar el terror que viví, imagínense que llegan a tus espaldas y te arrebatan lo más preciado de tu vida.

Es una sensación que no se la deseo a nadie. Ahora imagínense a aquellas madres y padres que les secuestraron a sus hijos y nunca se los regresan, o aparecen en bolsas de hule.

No quice levantar denuncia por el mismo miedo que tengo y vuelvo a repetir, la autoridad no existe!

La policía está de la mano con la delincuencia, además que nunca agarran a los maleantes.

Por eso mismo repito, no hay autoridad en Zacatecas, mucho menos justicia.

Les agradezco que hayan leído mi historia y solo quiero pedir algo ya para terminar: madre, padre de familia; educa con amor a tus hijos, enseña valores, enseña respeto, enseña a trabajar pero decentemente, no descuides a tus hijos porque no sabes después con quienes se juntan y después se corrompen por unos pesos y la ambición de ser alguien de alto mando, es la moda en los jovencitos.

La delincuencia organizada está buscando muchachitos y está en tus manos que tu hijo o hija no se involucre en este embrollo porque todos sabemos en qué van a terminar.

Los hombres que me atacaron no tenían una edad mayor a los 20 años. Creo que también por eso no pudieron con su fuerza y mi peso llevarse a mi niña. Lo que lleva a la conclusión de que como padres también somos responsables de que nuestra Juventud se nos esté llendo de las manos en un rumbo equivocado.

Vuelvo a recomendar, educa con amor y con buenos valores a tus hijos, no dejas que se corrompan con la codicia, enseñarlos a trabajar pero honradamente.

Dios me los bendiga y sobre todo me los proteja, ya que lamentablemente en Zacatecas y con este gobierno, nadie estamos seguros.